En los últimos años, hay una creciente demanda de financiación por parte de las empresas y eso unido al cambio en la tendencia de los modelos de negocio (como consecuencia del auge del emprendimiento empresarial, la innovación tecnológica y la economía colaborativa) ha hecho que los inversores busquen alternativas.

Por eso han surgido las plataformas de financiación participativa que se han introducido poco a poco en España. Seguro que más de una vez te has preguntado, ¿qué es una plataforma de financiación participativa (PFP)?

Pues bien, a continuación, te contamos de qué se tratan, analizamos sus características, cuáles son las ventajas que proporcionan y su marco jurídico.

¿Qué son las plataformas de financiación participativa?

Actúan como intermediarios de empresas o proyectos que necesitan conseguir financiación mediante la aportación de muchos inversores. Por lo que podríamos decir que ponen en contacto negocios o promotores de proyectos con diferentes inversores a través de una plataforma web.

Según el BOE, se considera como plataformas de financiación participativa a las empresas autorizadas cuya actividad consiste en poner en contacto, de manera profesional y a través de páginas web u otros medios electrónicos, a una pluralidad de personas físicas o jurídicas que ofrecen financiación a cambio de un rendimiento dinerario, denominados inversores, con personas físicas o jurídicas que solicitan financiación en nombre propio para destinarlo a un proyecto de financiación participativa, denominados promotores.

Por lo que no tendrán la consideración de plataformas de financiación participativa las empresas que desarrollen la actividad prevista en el apartado anterior cuando sea captada por los promotores sólo a través de:

  1.  Donaciones.
  2.  Venta de bienes y servicios
  3.  Préstamos sin intereses.

Los servicios básicos que ofrece una PFP como sistema de financiación de proyectos son: la recepción, selección y publicación de estos.

Además, desarrollan, establecen y explotan canales de comunicación para facilitar la contratación financiera entre inversores y promotores. En términos generales, disponen de una cartera de clientes y un elevado nivel de diversificación. Y también analizan la rentabilidad de un rango muy variado de productos, permitiendo financiar proyectos que tengan una finalidad económica.

Uno de los aspectos clave en las PFP son los intermediarios financieros, que no aportan dinero ni lo solicitan. Su función es garantizar un adecuado balance de los préstamos e inversiones, sujeto a condiciones favorables para todos y siempre bajo una actuación profesional.

Las plataformas de financiación suponen un abanico de posibilidades para cualquier empresa que en la actualidad necesite financiación para mejorar su productividad o para lanzarse al mercado.

 

Marco legal de las plataformas de financiación participativa

El régimen jurídico de las plataformas de financiación participativa es el previsto en la Ley 5/2015, de 27 de abril de fomento de la financiación empresarial.

Su funcionamiento está regulado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) e informe favorable del Banco de España.

Las formas en las que puede promoverse la financiación participativa en España son:

  • Emisión o suscripción de obligaciones, acciones ordinarias y privilegiadas u otros valores representativos de capital.
  • Emisión o suscripción de participaciones de sociedades de responsabilidad limitada.
  • Solicitud de préstamos, incluidos los participativos.

Italia fue el primer país de la Unión Europea en legislar sobre esta materia. Y en el Reino Unido son una de las principales vías de financiación e inversión. Por lo que era lógico que en España también ocurriera lo mismo y poco a poco se vaya legislando sobre este tema. Las PFP quedan configuradas en el derecho español como intermediarios financieros multifuncionales.

 

El marco legal permite que las plataformas presten servicios de pago, realicen recobros y se dediquen al préstamo, al consumo y a la intermediación en el crédito.

Para poder realizar todas estas funciones tienen que registrarse en la CNMV como plataformas de financiación participativa, y además en el Banco de España como entidades de pago híbridas con estatuto aligerado y deberán cumplir un marco legal de crédito al consumo y de intermediación en el crédito.

Además, recientemente, se ha aprobado un Reglamento Europeo que establece un nuevo régimen regulatorio para las Plataformas de Financiación Participativa.

Las PFP ya registradas dispondrán de un periodo entre noviembre 2021 hasta noviembre 2022 para autorizarse bajo este nuevo reglamento. Dicha reautorización quedará supeditada al necesario alineamiento con los nuevos requerimientos. 

 

¿Cómo funcionan las plataformas de financiación participativa?

Las PFP son plataformas electrónicas cerradas, entre clientes de la misma, cuyo objeto es la financiación.

Siendo la PFP el intermediario que gestiona el acceso al sistema y la contratación a través de la plataforma que permite poner en contacto al promotor con los inversores. 

Todos los trámites se llevan a cabo a través de Internet en la página oficial de cada PFP. De esa manera podrás obtener toda la información relativa al proyecto que deseas financiar.

  • A través de las PFP los inversores invierten en operaciones a empresas con las siguientes peculiaridades:
  • Formalización de inversión: Equity Crowdfunding o Crowdlending.
  • El propio inversor decide a qué negocio o finalidad invertir su dinero.
  • La rentabilidad y el riesgo dependerá de cada operación.
  • Recuperará capital e intereses según lo pactado en contrato; mensual, trimestral, semestral, a vencimiento, etc …

Existen dos tipos de inversores:

  • Acreditados: no están sujetos a límite de inversión (ni en lo referido a un proyecto en concreto ni al conjunto de las plataformas). Pueden serlo las personas físicas y jurídicas (empresas) por ejemplo las personas físicas deben cumplir con algunas de las siguientes condiciones:
  • Ingresos anuales superiores a 50.000 €.
  • Aquellos que soliciten ser considerados como inversores acreditados con carácter previo y renuncien de manera expresa a ser tratado como cliente no acreditado.
  • Los que tengan un patrimonio financiero superior a 100.000 €.
  • Aquellas personas o empresas que reciban un asesoramiento financiero.

 

  • No acreditados: inversores (personas físicas o jurídicas) que no hayan solicitado ser acreditado. Es por ello que estos usuarios se encuentran sujetos a un límite de inversión anual:
  • No invertir más de 3.000 euros por empresa/proyecto de inversión.
  • No invertir más de 10.000 euros durante los últimos 12 meses en el conjunto de las Plataformas de Financiación Participativa.

En lo que respecta al promotor de un proyecto, sólo puede promover de forma simultánea un proyecto por plataforma y se estipula una cantidad máxima que se puede solicitar:

  • Se podrá solicitar hasta 2 millones de euros si el capital aportado proviene de inversores Acreditados y No Acreditados.
  • Si el capital proviene de inversores Acreditados, la cuantía aumenta hasta los 5 millones de euros.

 

¿Cómo funciona cada plataforma de financiación participativa?

  1.       Creación del proyecto. Un promotor precisa de inversión para aportar mayor productividad y/o desarrollar una nueva línea de negocio, por lo que elabora una planificación detallada y la presenta a la PFP.

Se tienen en cuenta aspectos como: rentabilidad del negocio, equipo promotor y experiencia, plan de negocios que lo sustenta, horizonte temporal, capital necesario, acuerdos comerciales, …

 

  1.       Análisis de la rentabilidad. El equipo analista de la PFP, estudian rigurosamente el proyecto en profundidad.

De esta manera, se aseguran de que es viable y que no perjudica los intereses de los inversores por lo que crean una serie de condiciones que salvaguarden la rentabilidad del proyecto para todos los que aportarán el capital.

  1.       Publicación del proyecto. En un mismo espacio dentro de la página web, aparecen los que están disponibles.

Cada inversor puede revisarlos y seleccionar el que más se ajuste a su perfil.

Por norma general, es necesario que un número plural de personas aporten cantidades de dinero para poder financiarlo.

  1.      Financiación del proyecto. Una vez cerrada la ronda de financiación, la PFP interactuará entre el Promotor y los Inversores para la formalización legal de los acuerdos previamente informados en la ficha del proyecto.
  1.       Retorno de la inversión. Los inversores reciben según lo acordado en cada oportunidad las cantidades invertidas más la rentabilidad pactada en su cartera de inversión, siendo su objetivo recuperar el dinero que han proporcionado y los intereses generados.

    Es importante recordar que las PFP, por Ley, no pueden financiar capital circulante de las empresas, el objetivo de financiación debe ser claro y conciso dirigido a proyectos empresariales concretos del negocio.

 

Ventajas para los promotores de proyectos

Algunos de los beneficios que obtienen los promotores al utilizar los servicios de una Plataforma son:

  • La Plataforma analiza el proyecto de negocio sin compromisos
  • Pueden obtener la financiación de forma ágil y totalmente online
  • Entradas en el capital y tipo préstamo sin consumir CIRBE
  • Sin necesidad de contratar productos adicionales

Además, en las PFP se crean redes sólidas entre los inversores acreditados y principiantes.

  • Obtención de dinero de una manera rápida, accesible y rentable. Así puedes evitar los costes de los préstamos bancarios, así como los trámites derivados de sus solicitudes. Solo requiere presentar un proyecto con parámetros sólidos, recibir la aprobación y exponerlo.
  • Diversificar la financiación: las PFP proporcionan un apoyo económico compuesto por participaciones que en ocasiones puede coexistir con la financiación tradicional tanto pública como de entidades financieras 
    • Crear vínculos: los inversores en muchos casos son expertos conocedores del sector en el que invierten y depositan su dinero. Como consecuencia, se establecen relaciones entre los mismos y la empresa.
    • Negociación transparente: La PFP negocia las condiciones, así como los pactos de inversión en representación de los inversores y posteriormente los usuarios de la Plataforma son los que deciden invertir. Todos de forma preinformada son conocedores de los acuerdos, aportando transparencia a todo el proceso.

    Sin embargo, en las operaciones de Crowdlending, cada persona que aporta el capital juega un papel muy discreto, lo que facilita todo el proceso, asumiendo la Plataforma o una entidad de pagos regulada el servicio de movimiento de fondos.

    • Facilidad de devolución: se elabora un plan para devolver el dinero obtenido en el que se especifican las cuotas que la empresa puede asumir en el plazo establecido. De esta forma, es posible ajustar el reparto según la capacidad de devolución validada por los analistas.
    • Seriedad: las plataformas no están abiertas a todo el público, sino que necesitas registrarte en ellas para comenzar. Y antes de exponer un proyecto, el promotor debe pasar una fase previa que garantice la fiabilidad de la persona que va a pedir el préstamo y la viabilidad del proyecto. Así, se garantiza la profesionalidad del entorno.

 

Ventajas para los inversores

Las plataformas de financiación participativa se han identificado como un producto seguro. Por eso, son una opción elegida por los inversores con un perfil conservador o moderado.

Algunos de los beneficios que tienen:

  • Vía fácil: a primera vista las inversiones parecen un entramado de productos y activos que los inversores nóveles no entienden. De ahí que lo que comienzan a invertir pueden beneficiarse de la claridad que aportan estas plataformas.
  • Obtienen un análisis realista: en algunas ocasiones los inversores principiantes se dejan asesorar por asesores no independientes o se dejan llevar por oportunidades únicas que a la larga no les resultan del todo beneficiosas.
  • Con las PFP tienen a su disposición un análisis realista y actualizado de sus posibilidades de inversión, creando su propia cartera de inversión en diferentes sectores, diversificando así el riesgo asumido.
  • Ideales para perfiles moderados: puesto que son productos en constante evolución y en diferentes sectores ofreciendo nuevas oportunidades que y que son intermediados para evitar las condiciones abusivas o proyectos con un riesgo difícil de asumir.
  • Liquidez: si quieres recuperar tu dinero, en determinadas ocasiones la PFP te puede poner en contacto con otros inversores con quien negociarás la compraventa de tu parte en el proyecto.
  • Ofrecen diversificación: como dicen, poner los huevos en la misma cesta no es positivo. Si lo extrapolamos a las inversiones, tener tu capital invertido en un solo producto, no es buena idea. Y es que estas entidades de economía colaborativa te permiten financiar proyectos diferentes, en vez de arriesgarlo todo en uno solo y permanecer esperando resultados.
  • Destacan por su rentabilidad.
  • Inviertes en entornos seguros regulados por la ley.

Teniendo en cuenta lo expuesto en el punto anterior no es difícil comprobar que las entidades de economía colaborativa son una buena opción para empezar a invertir. Con cantidades adaptadas a cada perfil y capacidad es posible participar en proyectos de todo tipo y envergadura.

Como conclusión, las plataformas de financiación participativa son una alternativa para obtener el dinero que necesitas para emprender o desarrollar tu negocio. Y no cabe duda que es una manera de crear puentes entre promotores e inversores, siendo para estos últimos una nueva forma de invertir con la garantía de una entidad regulada.

 

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