La rentabilidad de una inversión es el objetivo de todos los que esperamos conseguir que sea nuestro dinero quien trabaje por nosotros. Nos referimos a ser capaces de que los fondos conseguidos por trabajos o herencias puedan aumentar mediante una inteligente política de inversiones.

Implica mover el dinero y cambiarlo de vehículos de inversión. Cuanto mayor sea el riesgo que asumamos, más margen de ganancia vamos a tener. Debido a la pandemia del coronavirus y a los cambios que para la economía propicia una situación tan inestable, se da una gran volatilidad en determinadas operaciones.

Vale la pena informarse convenientemente acerca de qué inversión resulta más oportuna en esta coyuntura, pero recordemos que rentabilidades pasadas no garantizan beneficios futuros.

Inversión económica en empresas tecnológicas

La crisis del coronavirus ha sido interpretada por numerosas empresas en clave de adaptación. Frente a las restricciones de movilidad impuestas por los gobiernos, la alternativa para ir salvando la situación ha pasado por desplegar soportes informáticos más sofisticados y ambiciosos.

Los más relevantes han tenido que ser implementados para que un alto número de empleados de los sectores público y privado puedan trabajar a distancia. El teletrabajo ha llegado para quedarse. Asimismo, los códigos QR o las videoconferencias van a continuar teniendo un importante uso en un futuro cercano, así como otras aplicaciones informáticas.

La inversión en tecnológicas ya llevaba tiempo dando beneficios. Es el caso del índice Nasdaq estadounidense, especializado en las firmas de este sector. Lo mismo podemos señalar de la empresa Apple.

Ahora se suman los modelos de negocio basados en la tecnología y las soluciones digitales y móviles que posibilitan las plataformas de financiación participativa. Están reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), lo que proporciona una gran seguridad. Las cuales facilitan en poderte hacer tu propia cartera de inversión, con la diversificación adecuada con el fin de equilibrar los riesgos según sectores.

Inversión rentable en el sector médico

El esfuerzo realizado por los gobiernos y las empresas médicas para conseguir la vacuna del coronavirus va a constituir un enorme beneficio para la sociedad. No resulta extraño que estos beneficios también sean compensados a los inversores en estas iniciativas.

Así como los productos asociados a la desinfección de espacios y distancia interpersonal irán perdiendo fuelle, sin llegar a desaparecer por completo, conforme se rebajen los inconvenientes de la pandemia, las vacunas van a tener un largo recorrido. Primero en las sociedades postindustriales avanzadas y después en los países menos desarrollados.

Inversión financiera en logística

Las limitaciones de la movilidad de la crisis sanitaria por la COVID-19 propiciaron un auge de las empresas de logística, cuyos trabajadores fueron considerados esenciales e incrementaron su volumen de servicios. No en vano, este crecimiento también fue vinculado a un crecimiento de la inversión en recursos digitales para que estas firmas pudieran planificar y organizar en condiciones óptimas sus trabajos.

Hay algunos paradigmas de la rentabilidad de inversión en empresas que forman parte de este ámbito. El más llamativo es Amazon, la empresa de Jeff Bezos, cuyas acciones se han revalorizado enormemente.

Destacamos que, en el sector de la hostelería, el delivery también ha supuesto un acto de resiliencia. Ha llegado para quedarse igualmente, lo que se materializa en éxitos como el de Globo. Una inversión rentable, visto el partido que se les ha sacado, es la que podamos hacer en terrazas.

Renta variable

Hoy en día, con la bajada general de los tipos de interés, resulta inviable que logremos altas ganancias mediante inversiones económicas en depósitos. Vale la pena, por tanto, aunque implique la asunción de unos riesgos mayores, que apostemos por los productos financieros de renta variable.

Estos productos, en ocasiones, están estructurados como cestas de valores. Nos referimos a que pueden diversificar nuestra cartera de inversiones. A grandes rasgos, llegan a plasmar índices bursátiles, sectores concretos, países…

Vivienda

La crisis económica generalizada ha supuesto una caída generalizada de los precios. Por consiguiente, es un buen momento para convertir las compra de viviendas en inversiones rentables. Posteriormente, las podemos vender o alquilar, que es un hábito de consumo que va a más en España, en la línea del resto de Europa. Por ello sería muy interesante el participar en este tipo de productos a través de vehículos de inversión transparentes y regulados legalmente, como por ejemplo las Plataformas de Financiación Participativa.

Los precios de los combustibles han bajado, ya que la disminución de desplazamientos ha hecho menos necesario el petróleo. Pero no hemos de dudar acerca de que esta materia prima se va a revalorizar en cuanto la generalización de las vacunas contra el coronavirus posibilite organizar viajes con una mayor seguridad.

Un valor refugio histórico para conservar el coste de la inversión pasa por apostar por el oro.

Las criptomonedas

En contraposición a la seguridad del patrón oro, cabe la posibilidad de invertir en criptodivisas como bitcoin o ethereum. Se basan en la tecnología blockchain. Si bien su rentabilidad puede llegar a resultar muy alta, no hemos de desdeñar que su volatilidad equivale a un considerable riesgo de pérdidas.

En definitiva, la rentabilidad de una inversión pasa por la capacidad de asumir riesgos en un contexto de gran incertidumbre, pero que a su vez abre grandes oportunidades de inversión. Por todo ello, si contamos con buena información, se trata de un escenario interesante para obtener grandes beneficios, dado que actualmente existe una alta volatilidad en los mercados.

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